viernes, 28 de febrero de 2014


Este es un blog muy interesante sobre musicoterapia:

http://musicysalut.blogspot.com.es/
"Quien canta sus males espanta" dice el famoso dicho, pero... ¿Y qué pasa con los que bailan?
La música ayuda a que el cerebro genere dopamina (placer). Las drogas también, pero matan millones de neuronas. Se libera oxitocina, dopamina y endorfinas durante la lactancia, durante el sexo y cuando escuchamos música. ¿Quizás esa sea la explicación de por qué la música nos ayuda a sentirnos mejor en casi cualquier momento?
Cuando estamos tristes, solemos buscar música que nos acompañe en el sentimiento que tenemos, y que nos entienda. No es de extrañar, que con muchas ocasiones haya personas que suelten una lágrima cuando escucha determinadas canciones. La música puede hacernos sentirnos mejor y más contentos, pero me pregunto si también podrá hacernos estar más tristes. Determinadas canciones pueden estar ancladas a momentos del pasado, y rememorarnos sensaciones y recuerdos que pueden ser o no buenos, por lo que puede hacernos sentir felices y a veces acompañarnos en la tristeza. Esa tristeza que produce la música en un momento determinado, quizás la necesitemos para poder sanar y mejorar.


Cada viernes por la noche Pekisch tocaba el humanófono. Era un extraño instrumento. Lo había inventado él. En realidad era una especie de órgano en el cual, en lugar de tubos, había personas.Cada persona emitía una nota y sólo una: la suya personal. Pekisch maniobraba el conjunto desde un rudimentario teclado: cuando tocaba una tecla, un complejo sistema de cuerdas le hacía llegar ala muñeca derecha del cantante correspondiente un tirón: cuando notaba el tirón, el cantante emitía su nota. Si Pekisch mantenía apretada la tecla, la cuerda continuaba tirando y el cantante continuaba con su nota. Cuando Pekisch dejaba subir la tecla, la cuerda se aflojaba y el cantante callaba. Elemental. 
En opinión de su inventor, el humanófono presentaba una ventaja fundamental: permitía cantar en un coro incluso a las personas que desafinan. Efectivamente, si bien hay mucha gente que no escapaz de engarzar tres notas seguidas sin desentonar, en cambio es muy raro encontrar a alguien incapaz de emitir una nota, una, con perfecta entonación y buen timbre. El humanófono se basaba en esta capacidad casi universal. Cada ejecutante sólo tenía que estar atento a su nota personal: del resto se ocupaba Pekisch.                                                     
Tierras de cristal (Alessandro Baricco)

¿Qué puede hacer la musicoterapia para ayudar a las personas con Alzheimer? ¿De qué forma? 
Os presento un video para reflexionar sobre esta enfermedad

Casi todos conocemos lo que es el Alzheimer: Una enfermedad neurodegenerativa de origen aún desconocido (aunque hay diversas hipótesis sobre su origen) que puede afectar a las personas desde los 30 años (lo normal es que sea a partir de los 65, pero hay casos mucho más precoces).
Aunque sabemos que no hay cura para esta enfermedad, la musicoterapia y la música en general pueden ayudar a la persona con Alzheimer a conseguir distintos objetivos, frenando o ralentizando la enfermedad. Puede ayudar a que la persona mejore su motricidad, que recuerde movimientos relativamente sencillos como puede ser levantarse de una silla, puede ayudar a sentir emociones, a ser consciente de la realidad, y un infinito etcétera.
En una persona con Alzheimer, el hemisferio derecho (donde se encuentra el sentido musical), es el último afectado, por lo que puede ser que la persona no recuerde ni siquiera su nombre pero sí que recuerde canciones que ha oído a lo largo de su vida.
Dependiendo del musicoterapeuta que vaya a dirigir la sesión y de las personas (o persona) con las que se encuentre, realizará diversas actividades para lograr unos u otros objetivos.
El trabajo de musicoterapia con estas personas no se realiza exclusivamente con música grabada, como mucha gente piensa. Aunque la musicoterapia receptiva con ellos pueda dar frutos, creo que lo mejor es que las personas con Alzheimer hagan y compartan música, utilizando para ello todos los recursos que tienen a su disposición: Su voz, el cuerpo y los instrumentos.
Las actividades más importantes para realizar con estas personas utilizando los elementos arriba indicados son:
- Trabajo con el cuerpo: Bailar puede ser una actividad placentera, pero no sólo entendiendo bailar como baile de salón, sino como mover una o varias partes del cuerpo al ritmo de la música, dependiendo de la capacidad de cada uno. Además, la música tampoco tiene porque ser grabada, puede ser una canción tocada y cantada en directo, por una o varias personas. 
- Trabajo con instrumentos: Con instrumentos también se puede trabajar de forma similar al caso anterior: Aunque la persona tenga movilidad reducida, cualquier persona puede tocar un instrumento (por ejemplo una cortinilla con un adaptador) e improvisar todos juntos, o bien acompañar una canción.
- Trabajo con canciones: El trabajo con canciones también es muy importante para trabajar con estas personas. Sobre todo utilizar canciones que sean familiares a cada persona, partiendo de su historia personal. Cantarlas, inventar nuevas letras, comentar sobre lo que representan las letras para cada persona o qué es lo que ellos hacían cuando escuchaban esa canción son ejemplos de actividades que se pueden realizar.
El trabajo con música puede dar mucho juego, y con un musicoterapeuta especialista, aún más. Para ello, siempre es necesario partir de la historia musical de la persona que tenemos al lado, ya que no hay "recetas" que sirvan para todos.