viernes, 28 de febrero de 2014

Casi todos conocemos lo que es el Alzheimer: Una enfermedad neurodegenerativa de origen aún desconocido (aunque hay diversas hipótesis sobre su origen) que puede afectar a las personas desde los 30 años (lo normal es que sea a partir de los 65, pero hay casos mucho más precoces).
Aunque sabemos que no hay cura para esta enfermedad, la musicoterapia y la música en general pueden ayudar a la persona con Alzheimer a conseguir distintos objetivos, frenando o ralentizando la enfermedad. Puede ayudar a que la persona mejore su motricidad, que recuerde movimientos relativamente sencillos como puede ser levantarse de una silla, puede ayudar a sentir emociones, a ser consciente de la realidad, y un infinito etcétera.
En una persona con Alzheimer, el hemisferio derecho (donde se encuentra el sentido musical), es el último afectado, por lo que puede ser que la persona no recuerde ni siquiera su nombre pero sí que recuerde canciones que ha oído a lo largo de su vida.
Dependiendo del musicoterapeuta que vaya a dirigir la sesión y de las personas (o persona) con las que se encuentre, realizará diversas actividades para lograr unos u otros objetivos.
El trabajo de musicoterapia con estas personas no se realiza exclusivamente con música grabada, como mucha gente piensa. Aunque la musicoterapia receptiva con ellos pueda dar frutos, creo que lo mejor es que las personas con Alzheimer hagan y compartan música, utilizando para ello todos los recursos que tienen a su disposición: Su voz, el cuerpo y los instrumentos.
Las actividades más importantes para realizar con estas personas utilizando los elementos arriba indicados son:
- Trabajo con el cuerpo: Bailar puede ser una actividad placentera, pero no sólo entendiendo bailar como baile de salón, sino como mover una o varias partes del cuerpo al ritmo de la música, dependiendo de la capacidad de cada uno. Además, la música tampoco tiene porque ser grabada, puede ser una canción tocada y cantada en directo, por una o varias personas. 
- Trabajo con instrumentos: Con instrumentos también se puede trabajar de forma similar al caso anterior: Aunque la persona tenga movilidad reducida, cualquier persona puede tocar un instrumento (por ejemplo una cortinilla con un adaptador) e improvisar todos juntos, o bien acompañar una canción.
- Trabajo con canciones: El trabajo con canciones también es muy importante para trabajar con estas personas. Sobre todo utilizar canciones que sean familiares a cada persona, partiendo de su historia personal. Cantarlas, inventar nuevas letras, comentar sobre lo que representan las letras para cada persona o qué es lo que ellos hacían cuando escuchaban esa canción son ejemplos de actividades que se pueden realizar.
El trabajo con música puede dar mucho juego, y con un musicoterapeuta especialista, aún más. Para ello, siempre es necesario partir de la historia musical de la persona que tenemos al lado, ya que no hay "recetas" que sirvan para todos.
 
 

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