Casi todos conocemos lo que es el Alzheimer: Una enfermedad
neurodegenerativa de origen aún desconocido (aunque hay diversas
hipótesis sobre su origen) que puede afectar a las personas desde los 30
años (lo normal es que sea a partir de los 65, pero hay casos mucho más
precoces).
Aunque sabemos que no hay cura para esta enfermedad, la musicoterapia y
la música en general pueden ayudar a la persona con Alzheimer a
conseguir distintos objetivos, frenando o ralentizando la enfermedad.
Puede ayudar a que la persona mejore su motricidad, que recuerde
movimientos relativamente sencillos como puede ser levantarse de una
silla, puede ayudar a sentir emociones, a ser consciente de la realidad,
y un infinito etcétera.
En una persona con Alzheimer, el hemisferio derecho (donde se encuentra
el sentido musical), es el último afectado, por lo que puede ser que la
persona no recuerde ni siquiera su nombre pero sí que recuerde canciones
que ha oído a lo largo de su vida.
Dependiendo del musicoterapeuta que vaya a dirigir la sesión y de las
personas (o persona) con las que se encuentre, realizará diversas
actividades para lograr unos u otros objetivos.
El trabajo de musicoterapia con estas personas no se realiza
exclusivamente con música grabada, como mucha gente piensa. Aunque la
musicoterapia receptiva con ellos pueda dar frutos, creo que lo mejor es
que las personas con Alzheimer hagan y compartan música, utilizando
para ello todos los recursos que tienen a su disposición: Su voz, el
cuerpo y los instrumentos.
Las actividades más importantes para realizar con estas personas utilizando los elementos arriba indicados son:
- Trabajo con el cuerpo: Bailar puede ser una actividad placentera, pero
no sólo entendiendo bailar como baile de salón, sino como mover una o
varias partes del cuerpo al ritmo de la música, dependiendo de la
capacidad de cada uno. Además, la música tampoco tiene porque ser
grabada, puede ser una canción tocada y cantada en directo, por una o
varias personas.
- Trabajo con instrumentos: Con instrumentos también se puede trabajar
de forma similar al caso anterior: Aunque la persona tenga movilidad
reducida, cualquier persona puede tocar un instrumento (por ejemplo una
cortinilla con un adaptador) e improvisar todos juntos, o bien acompañar
una canción.
- Trabajo con canciones: El trabajo con canciones también es muy
importante para trabajar con estas personas. Sobre todo utilizar
canciones que sean familiares a cada persona, partiendo de su historia
personal. Cantarlas, inventar nuevas letras, comentar sobre lo que
representan las letras para cada persona o qué es lo que ellos hacían
cuando escuchaban esa canción son ejemplos de actividades que se pueden
realizar.
El trabajo con música puede dar mucho juego, y con un musicoterapeuta
especialista, aún más. Para ello, siempre es necesario partir de la
historia musical de la persona que tenemos al lado, ya que no hay
"recetas" que sirvan para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario